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No lo es. Por más que pienso, no puedo recordar a un perro llamado Jeff. Entonces, con tu permiso, Finch. No es necesario. Dame la mano. La otra mano. La derecha. Y las estrechamos. Bienvenido al mundo, Jeff. ¡Oigan! ¿Por qué todo ese alboroto? Pensé que podría mejorar nuestra comunicación si aprendo su lenguaje. Hice un análisis comparativo. Me parece que aislé varias unidades fonéticas. Pero parece que eso malinterpretó todo lo que dije. ¿Qué es lo que le sucede, Finch? No es “eso”. Es “él”, Jeff. Y no hay lenguaje canino. Yo creo que no le agrado. Es que no confía en ti aún. Se requiere tiempo. Finch, no estoy seguro de entender este concepto de confianza. ¿Me lo puedes explicar, por favor? Claro. La confianza es cuando. La confianza es la manera en que, no sé, se confía. Es. ¿Te parece si te cuento una historia? ¿Vas a contarme una historia acerca de la confianza? La historia es sobre mí. Bien. Inicia así. Había una vez, cuando yo era un novato en Tri Alpha, Llegó la orden del alto mando para incorporarme a un equipo que desarrollaba el sistema RMS. El asunto es que no me gustaba trabajar en equipo y eso me trajo algunos. ¿Por qué no te gustaba trabajar en equipo, Finch? Porque mi equipo era un montón de zoquetes. Baja eso. ¿Qué es un. ¿Qué es un zoquete? Es que yo trabajo mejor por mi cuenta. Ahora, escucha. Te escucho. Bien. Estábamos teniendo problemas para conectar el SO con el hardware y el equipo estaba seguro de que era una falla del hardware. Pero yo sabía que no, que era otra cosa. ¿Y quién lo solucionó? En fin, eso no importa. Al poco tiempo, el doctor Norman Rostoker, quien fundó TAE Technologies, fue a visitarnos. Y eso era sobresaliente. Nos felicitó a todos y luego me señaló a mí. Dijo, “Weinberg”. El hombre conocía mi nombre. Exacto. Dijo: “Weinberg, escuché que tú sólo pudiste descifrarlo. ¿Es eso cierto?”. Tuve que pensarlo un minuto. Pero entendí lo que tenía que decir. Y yo contesté “No pude haberlo hecho sin mi equipo”. Pero dijiste que tu equipo era un montón de zoquetes. Me miró directo a los ojos y supo que mentía. Pero entendió que avalé a mi equipo.