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Sr. Paul! Me alegro de verte. A mí me agrada verle otra vez. No has envejecido ni un solo día. Pues usted tampoco. Igual de descuidado. Mire su abrigo. La Pearl de siempre Radio Servirá cualquier botón. Pearl, ¿qué hay de Radio ? Veré qué puedo hacer. ¡Esa es mi chica! Buena chica esa Pearl. La conocí cuando la Sra. Gibson vivía sus años locos. ¿Ah, sí? Suena muy bien. ¿Te gusta? Lo compuse yo. Me recuerda a Wagner. ¿A Wagner? Sí. Es de la ópera Tristán e Isolda. Sí, pero en la mía Radio Escucha. ¿Le molesta? No, no, adelante. Pero Sra. Gibson, no tiene nada de malo que le vea. Hoy no, Pearl. ¿Mañana? Que se vaya antes que llegue el Sr. Gibson. No sé, Sra. Gibson. Ya conoce al Sr. Paul Radio Quiero que se vaya antes que llegue el Sr. Gibson, ¿entendido? Sí, Sra. Gibson. ¿Se va a ir por detrás? Sí. Intenta que no se enfade. Hola, Sr. Gibson. Me alegro de verle. ¿Cómo está, Sr. Lockridge? Estamos tocando a Beethoven. La Sonata Claro de Luna. ¿Ya ha regresado la Sra. Gibson con mi hija? No, señor. ¿Eso es todo, señor? Sí, eso es todo. Toma, Toma. Sr. Gibson, Radio Radio creo Radio que fue una sorpresa verme otra vez. Sí, lo fue. Estuvo fuera, ¿verdad? Sí. Me fui antes de su boda. Sí, lo recuerdo. Sí, hace justamente un año. Sí, la Sra. Gibson y yo nos casamos un . Sí, fue viernes, ¿verdad? ¿Puedo hacer algo por usted? Oh, no. No, gracias, Sr. Gibson. No Radio pasaba por aquí y Radio Radio pensé en saludar a Peggy. Y se sentirá desilusionada. Sí, Radio la conozco bien. ¿Le dirá a Peggy que la llamé? Desde luego. Buenos días, Sr. Lockridge. Oh Radio buenos días, Sr. Gibson. Dijo que no llevaba licor. Oh, esto Radio pertenecía a mis abuelos. Pobre abuelo. ¡Marjorie! ¡Hola, madrastra! ¡Hola, querida! Me alegro de verte. Lo mismo te digo. Ha sido Radio Pobre abuela. ¡Oh, vaya! Era algo que le traía a papá. Lo siento. Sé que nos divertiremos mucho. Te veo y no puedo creer que seas mi madre. Me hace gracia. A mí también. Me encantó que os casarais. Yo también estoy loca por hacerlo muy pronto. Es divertido si no es obligatorio Radio Radio y si no eres pobre. ¡Qué bien estar de vuelta en Nueva York! Estoy harta de París. ¿No te diviertes en la escuela? No. No te dejan hacer nada. ¿Te importa si fumo? Pues Radio hija Radio ¿A que estaba chiflado ese hombre? Le guiñé el ojo y no sirvió. Mira, algo se está moviendo. ¡Mis gemelos! ¿Tus qué? Mis cachorritos gemelos. ¡Es papá! ¿Tuviste un buen viaje? Horrible. No había ni un chico abordo. Qué placer haber regresado. ¡Vaya sitio tenéis aquí! Solo para protegernos de la lluvia. Me cae fenomenal. ¿A qué hora comemos? A la una. En punto. ¿A la una? Voy a lavarme el cuello. Ve, querida. Ha de parecer un convento el lugar al que va. Sí, bastante. Me agrada. Qué bien. Quiero que cuides de ella. Así lo haré. Peggy, quiero decirte algo. Un joven vino a verte esta mañana. ¿Sí? Sí. Peggy, sé que sigues viendo a gente que solías ver Radio Radio en tus días menos afortunados. Sí, has sido muy generoso. Confío en tí, Peggy, pero preferiría que ese joven no viniera a casa. Hola, Peggy, me alegro de verte. Estaba en la entrada cuando llegaste. Buenas tardes, Sr. Gibson. Hola, Paul. Peggy, es fantástico. ¿Cómo estás? Muy bien, gracias. Acabo de llegar, el viernes. ¿O no ibas a preguntármelo? Sí. Vine en tercera clase. ¿Ha viajado en tercera, Sr. Gibson? Oh, no. Nunca tuve el placer. Es la auténtica forma de viajar. No te topas con los aburridos de primera clase, banqueros, y Radio No Radio banqueros como usted, Sr. Gibson. Comprendo. ¿Cómo va tu música? Genial. ¿Recuerdas el lío que tenía con el segundo Movimiento de la Sinfonía? ¿No era el primer Movimiento? Aquel donde entran las trompetas Radio Sí. Corregí esa parte. Pero me refiero a la parte Radio ¿Le importaría Radio ? En absoluto. La tocaré entera para usted. Qué horror. ¿Qué es eso? No es un horror. Es solo que usted no sabe nada de música. Este es el Sr. Lockridge. Mi hijastra. La Srta. Gibson. ¿Tu qué? ¡Menudo fresco! Eh, ¿conoces “Rare Indigo”? Una chica guapa. Vamos, Peggy, acompáñame. ¡A comer! ¡A comer! No me he reído tanto desde Radio ¿Desde cuándo? Oh, nada. Paul, me alegra que estés de vuelta. ¿Dónde está papá? Fue a la oficina. ¿No sabe que hoy es domingo? No irá al Cielo. Vayamos a alguna parte. ¿Qué hacen en Nueva York los domingos? Bueno, hija, podríamos ir a un bonito museo. Ya estoy viendo un museo. Perdone, señora, el Sr. Le Sainte está al teléfono. ¿Ralph? ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Quién es Ralph? ¿Es guapo? Bastante. Oh, déjame hablar con él. Vayamos todos a verle. No. Dejadme hablar con él primero. Todos hablaremos con él. ¡Vamos! ¿Recordáis la época en la que vendíamos los plátanos de esos italianos? Sí. Y la noche en que el poli amenazó a Paul por esa avenida. ¿Te acuerdas de los disfraces? Oh, sí. Ese día me vestí como un indio. Y yo llevaba una barba enorme. Debió haber sido genial. Nos reíamos un millón de veces al día, ¿verdad, Peggy? Me gustaría que veas ese traje que aún está aquí. ¿Lo recuerdas, Peggy? ¡Oh, vamos a verlo! Me gustaría vivir en un lugar así. Lo aprovecharía. ¿Quieres ser artista? Mucha diversión, un millón de risas Radio ¿Por qué Peggy dejó todo esto y se casó con mi padre? Pregúntaselo tú misma. ¿No te gustaría esculpirme alguna vez? Te daría un buen cheque. ¿Por qué querría el dinero de tu padre? Eres un tipo curioso, pero me gusta eso. Oh, estupendo. ¿Te caigo bien? Aún no lo sé. Oh, eso es halagador. No soy muy bueno para los halagos. Tú me esculpirás. ¿Cómo que no debía haber vuelto? Ya sabes a qué me refiero. ¿Eres feliz? Sí. ¿Feliz con Radio Gibson? Por supuesto. Está bien, volveré. ¿Adónde? No lo sé. A París Radio Roma. ¿Cuándo? Si tienes prisa, me iré enseguida. No digas eso. No quiero que te vayas. ¿No? Paul, usa la cabeza. Lo hago. Me voy el sábado. ¿El próximo sábado? Sí. ¿Quieres que me vaya el miércoles? ¿El jueves? No, Paul. Intento complacerte. No tienes por qué irte. No tengo razón alguna para quedarme aquí. ¿No es así? ¿Solo viniste a verme a mí? No, claro que no. Vine a ver el nuevo metro que están construyendo Radio No hay ningún metro nuevo. Lo sé. Por eso me voy. ¿No crees que deberíamos dar una buena fiesta antes de que me vaya? Llámame mañana. No tengo un centavo. Toma. Y el número es Plaza . Y no lo uses para una soda. No lo haré. ¿Sabes dónde estamos? No, no tengo la menor idea. Vamos a echar un vistazo al océano. ¿Recuerdas aquella vez que navegamos? Espera. No estamos cerca del océano. Sí. ¿No hueles la sal? No. Ese no es el océano. Pues está aquí por alguna parte. Preguntemos a ese amigo. Oiga, señor. ¿Puede decirme dónde está el océano? ¿Qué océano? Peggy, ¿cuál era el nombre de ese océano? Era el que sonaba como Atlántida. Sí. ¿El Atlántico? Creo que así se llama. No soy muy buena recordando nombres. Está medio mojado por arriba. Y lleno de olas. ¿Conoce alguno que sea así? ¡Oiga, oiga! Una pareja encantadora. Quizá estemos en Francia, y por eso no nos entienden. Preguntemos a ese. Oiga, señor. Prueba con el alemán. ¡Espera! Sí. Gracias. ¡Es un secreto! ¡Qué país tan singular! Lo encontraremos. Es ese camino. Radio Radio Le está yendo bien, Sr. Gibson. Mucho. y medio. y medio.