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Vaya ahora mismo. Usted me dio esta oportunidad. No me pida que la desperdicie. Ahora no. La temporada de cosecha radio radio es una temporada de ofrendas. Una costumbre de antaño que me acabo de inventar. Para su colección. Según el profesor Stein, son unas especies poco comunes. Perfecto. Sólo somos lo que Dios nos hizo. Nada más. Borracho, eres inútil y poco fiable. Sobrio es igual. Háblame de ese tal Jim. Ya lo he hecho veces. Otra vez. Desde el principio. ¡Tuan! ¡Ruon! Es el artillero. Está herido. Déjalo. Está en mal estado. Será una muerte lenta y dolorosa. Deberían poner fin a su desgracia. Una bala. ¿Un acto de compasión? Bueno para nosotros, malo para él. Por favor, no me deje morir. Barco a la vista. Barco a la vista. Soy el capitán Brown. ¿Duncan Brown? Sí, señor. El caballero Duncan Malcolm Brown a su servicio. ¿Qué quiere? Una tregua. Estoy dispuesto a discutir las condiciones radio radio pero en privado y con el hombre blanco al que llaman Lord Jim. Sólo con él. Nadie más. ¿Es una tregua o no? No le haga caso. ¿Cómo no hacer caso a un hecho? ¿Y bien? ¿Sí o no? ¡Sí! Jim. Lo utilizaría. Sí, creo que su majestad tiene pretensiones de heroísmo radio radio una forma de enfermedad mental inducida por la vanidad. Mátalo. De un disparo. Tienes un talento natural para el desastre. No lo empeores más radio radio y mantén la boca cerrada. Milord, es un privilegio y un honor. Sí, bueno, es un desperdicio radio radio arriesgar tanto por las fantasías del borracho de Cornelius. Una auténtica locura por mi parte. Milord, ¿qué le ha traído a la tierra del loto? Un arma puede parecer contradictoria con una tregua radio radio pero la costumbre radio Un hombre acorralado es imprevisible. Sí. Fue en defensa personal. ¿Alguien próximo a usted quedó herido? Asesinado. El artillero herido a su cuidado era como radio radio un hijo para mí. Le dejó morir. Y ahí está. El Señor me lo dio y el Señor me lo quitó radio ¿Cuál es nuestra situación? Tenemos dos opciones. Una, me devuelve los barcos, acepta la disculpa y nos vamos en paz. O dos, luchamos. Perdería. De acuerdo. Pero en conciencia, milord, ¿merece la pena una vida inocente radio radio para deshacerse de golfos y chusma como yo radio radio que un día morirá en la horca? Milord, no tiene el derecho moral para acabar con más vidas. Además, ¿qué ganaría con nuestra muerte? Sólo eso. Su muerte. Su radio radio su boca llena de maldita piedad. ¡Hipócrita! ¿Ha dicho una palabra impregnada de caridad y piedad cristiana? ¿Tan puro es? ¿Nada cuestionable en su vida ni de lo que se avergüence? Ningún hombre blanco se esconde en la jungla sin una razón. Vamos, milord, ¿por qué huyó de su mundo? ¿Acaso no somos los dos exiliados? ¿Demasiado mediocres para el mundo? ¿Tan distintos somos? ¿No tenemos las mismas raíces y la misma piel? ¿El mismo Dios? ¿Las mismas debilidades? ¿No ha suplicado nunca perdón ni necesitado una segunda oportunidad? Entregue sus armas. ¿Y dejar a mis hombres indefensos? Seré un bribón, pero no un desertor radio No, señor. Prefiero morir a pasar un día más en prisión. Y si vamos a morir, lo mismo me da que sea aquí. Pero recuerde, cuando se trata de salvar la vida en la oscuridad radio radio da igual cuántos mueran. ¿Verdad? Tres más, ó . Elija. O deja que nos vayamos o lucha y es condenado. ¡Elija! Si oye el doblar de una campana radio radio tendrá su barco radio radio y un viaje seguro. Si oye un disparo radio ¿Hasta cuándo esperamos? Hasta que esté decidido. ¿Decidido? ¿Por quién? ¿Por ellos? Aunque tocara la campana, ¿basta su palabra contra la suya? Sí. Es blanco, limpio de los pies a la cabeza. En nombre de Dios Todopoderoso, confío en usted. Cristal. Deberías haberlo matado. Cierra el pico. Podía haber vuelto rico, respetado. Y muerto. Sin un penique para mantener los ojos cerrados. Prefiero estar muerto que volver con las manos vacías. Si soy un juez experto en debilidad, depravación y avaricia humana radio radio y lo soy radio radio no nos marcharemos sin recompensa por nuestra labor. Devuélveles su barco. Deja que se vayan. ¿Por qué? Infringieron la ley. Ahora deben responder ante la ley. La ley más vieja de nuestra tierra. La de la supervivencia. Muerte por muerte. Hay más de una clase de ley. ¿Qué clase? ¿Su propia ley? ¿La justicia colonial? ¿O tal vez su conciencia cristiana? Tal vez. Tal vez la conciencia esté matizada por la piel. Su señoría huele a superioridad moral de un pecador converso. Confiará en nosotros para demostrar que podemos confiar en él. ¿Qué beneficio obtiene? ¿Qué gana? Gloria. El perdón de sus pecados. ¿Qué ha hecho? No importa demasiado lo que haya hecho. Sino lo que crea que ha hecho. Les dejó ir en paz. Sí. ¿Confió en su palabra? Sí. Su palabra. Pregunte a la policía portuaria de Jidda a Makassar radio radio sobre la palabra del caballero Brown. Dile a la madre del muchacho radio radio y a su madre radio radio lo mucho que lo siento. ¿Por qué oponerse a la mayoría? ¿Tiene la mayoría siempre razón? Tiene la conciencia tranquila, ¿no? ¿Por qué asume esta responsabilidad? Porque soy responsable de todos los que radio Sí, pero Brown radio ¿Qué significa él para usted o usted para él? No le debe nada. Tiene que ver conmigo, no con él. Es mi palabra, no la suya. Palabras. Hasta para la boca más pura, las palabras no dan seguridad. Está bien. Basta que muera uno de los tuyos por lo que he pedido radio radio para que yo pierda mi propia vida. Se reduce a una única cosa: ¿Confiamos en él? ¿Confías tú? Sí. Toca la campana. Cierra el libro. Apaga la vela. ¿Qué es eso? ¿Nunca has oído la frase final de la excomunión? Por Dios, ¿estamos seguros? ¿Qué pecador se libra de la condena? ¿Padre? Vaya al templo, padre. Dígale a la gente que permanezca en casa. Mi barco. Capitán, le saludo. Sí. Cargad todas las armas en el barco. Tenemos un objetivo. Sólo uno: el dinero. ¿Os puedo recordar que la venganza pertenece a Dios? ¿Queda claro? Eso no. Las almas confiadas nos iluminan el camino. Todas están colocadas río abajo. Perfecto. Caballero, la ilusión es el truco. Despacio y en silencio. Ahogue el motor, arranque,