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¿De qué diablos habla? Se lo diré. Nosotros tres, usted, usted y yo, cometimos crímenes. Admitimos la culpa. Sí, sí. Por lo tanto, no podemos tener interés en ser castigados, ¿no es así? Pero usted, que no hizo nada malo radio ¿Yo sí? Sí. Doctor, creo que perdió el sentido de la perspectiva. Quizá, Srta. Clyde. Pero el objetivo ahora es salvar nuestras vidas. Si usted es el Sr. Owen radio estaremos más seguros encerrándola en su cuarto. Y sí no lo es, estará a salvo. Venga, Srta. Clyde. En ese caso, doctor, no le molestará si radio los acompañamos, ¿no? Buenas noches, Srta. Clyde. Que duerma bien. Lo mismo digo, señor. Buenas noches. Bien. Ahora sabemos que hacen falta dos para agarrarla. Tenga. Gracias. Dormiremos en paz. Sí, buenas noches. Buenas noches. Buenas noches. Buenas noches. Doctor, un pequeño detalle que tal vez se le escapó. ¿Y si yo radio soy el Sr. Owen? Sería interesante, pero improbable. Bueno, usted lo sabrá, ¿no, doctor? Buenas noches. Dulces sueños. ¿Quién está allí? ¿Quién es? ¿Cómo lograste entrar? Nada muy complicado, en realidad. Me quedé con la llave. No te acerques más, por favor. ¿Qué tal si te dijera radio que no está cargada? Eres un cretino Sí, lo soy. Pero no soy asesino. No, no creo que lo seas. Y yo radio no creo que tú lo seas. Qué bueno. Me siento muy segura contigo aquí, creo. Muy segura. Lo juro. Vera. ¿Sí? Ese hombre a quien se supone mataste radio Te dije la verdad. Bueno, quizá nunca fue realmente asesinado. Sí, lo fue. O quizá nunca existió. Sí, existió. Era novio de mi hermana. ¿Entonces quién lo mató? Mi hermana. Y tú fuiste acusada. Bueno, yo la encubrí. Y si eso es un crimen, soy culpable, pero radio ¿Dónde está tu hermana ahora? Se suicidó. Mi pobre Vera. Pero eso prueba una cosa. Que el Sr. Owen no es infalible. No deberías estar acá. No mataste a nadie. ¿Y los otros sí? ¿Y tú, Lombard? Esa es otra cosa que el Sr. Owen no sabe. Verás, mi nombre no es en realidad Hugh Lombard. ¿Qué quieres decir? Era mi mejor amigo. Pero se suicidó. Creo le remordía la conciencia por lo de la chica. Yo la conocí. Era radio era radio En fin, los padres de Hugh me encargaron sus asuntos personales. Revisaba su escritorio y hallé la invitación del misterioso Owen y radio Y viniste aquí. Pensé que podía tener relación con su muerte. Sale del cuarto. Bajó la escalera. Iré a ver. Ten la pistola. Hugh, por favor. Quiero ir contigo, ¿sí? Bien. Debe ser Blore o el doctor. El que no esté en su cuarto. Quédate ahí. Blore. ¡Blore! ¿Qué ocurre allí? Abra la puerta. ¿Quién la dejó salir? Eso no importa. Venga. Ahora sabemos que está abajo, ¿no es así? ¿Cómo sé que no están en esto juntos? No diga tonterías. También lo oí, Sr. Blore. ¿En serio? Se arriesga mucho, ¿no, Lombard? Muérase. No tiene gracia. Quedan tres. Un arenque rojo se tragó a uno, y entonces quedaron tres. Quiere que creamos que está muerto. Esa es la trampa. Para hacernos caer en ella. No tan fácil, doctor. Esta vez no. No hay nadie aquí. Blore está afuera. Nos estará esperando. ¿Quieres apartar eso y sujetarla? Sí, señor. Sabes que tengo la sensación radio que siempre hay alguien acechando, observándonos. Sí, te entiendo. ¿Tú lo sientes también? Sí. ¿Dónde estabas? ¿Cómo saberlo acá? ¿Oíste el grito? Sí, claro. Bueno, me parece que ya no hay ningún misterio. Es el doctor. Y está bien vivo. Estaba mirando algo. Estaba mirando algo. ¿Qué ves? ¿Qué es? Dios, es el doctor. Murió hace horas. Si él estaba muerto, ¿quién mató a Blore? Bueno, sólo hay dos personas. Tú y yo. Sí, es cierto. Creo que llegamos al final. Fuiste un tonto al darme el arma. Te mataré. Te dije que no soy Lombard. No te creo. Sin embargo hay algo más difícil de creer. Que uno de los dos sea Owen. Yo sé que no lo soy. Vera, debe haber una explicación lógica para esto. Un juego cerebral, Srta. Clyde. Y llega a tiempo para ver el último tiro. Y ahora mi partida radio casi ha terminado. Venga conmigo, Srta. Clyde. Un único indiecito solo quedó. Él mismo se ahorcó, y ninguno quedó. Es para usted. ¿Qué pasará si no quiero ahorcarme? Querrá. ¿Puedo sentarme? Debo admitir que esperé este momento, de contarle al último sobreviviente cómo lo ideé. Tenía un magnífico ideal. El de la perfecta justicia humana. Pero debía encontrar un cómplice involuntario entre los invitados aquí para castigar sus crímenes. Alguien cuyo temor a la muerte, lo hiciera patéticamente colaborador. Convencí radio al doctor de que para que el Sr. Owen fuese desenmascarado, yo debía aparentar ser la siguiente víctima. Después de eso, nadie sospecharía de mí y menos aún el doctor. Fue sólo a último momento, que se dio cuenta lo tonto que había sido. Así que ya ve. Todo fue inevitable, como en la canción de cuna. Y cuando el rescate finalmente llegue aquí, hallarán diez indiecitos. Diez cadáveres, y un misterio que nadie podrá resolver. ¿Diez? Mi querida niña, soy un viejo enfermo. Recibí mi sentencia hace un año. Pero mejor que radio morir despacio y dolorosamente, he elegido dejar esta radio ignominia de mundo a mi manera. Pero no puede obligarme a que me ahorque yo misma. La única persona viva que encuentren con nueve cadáveres, tenga por seguro que pasará el resto de sus días encerrada en prisión. Así que la elección es suya, querida mía. Cadena perpetua, o quitarse la vida. Le sugiero lo segundo. Al menos radio eso tiene radio más dignidad. Dos radio indiecitos radio quedaron radio . sentados radio al radio sol. Los he traido aquí para juzgarlos por los siguientes crímenes. General Andre Salvé. Cruz de Guerra. Alcanzó el honor por el deshonor y envió a cinco hombres a una muerte segura. Ilona Morgan. Actriz. Lo que hizo causó la muerte de su esposo con suma sangre fría y de forma despiadada. Dr. Edward Armstrong. Lo que hizo mató a la Sra. Ivy Benson, traicionando su sagrada profesión. Michel Raven. Cantante. Culpable de la muerte de William y Lisa Stern, cuyos cuerpos al ser hallados, estaban casi irreconocibles radio
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